martes, 26 de octubre de 2010

Eterna adolescencia



"Lo mismo que el bramido del mar precede de lejos a la tempestad, esta tormentosa revolución se anuncia mediante el murmullo de las pasiones que nacen: una sorda fermentación advierte de la proximidad del peligro. Un cambio en el humor, arrebatos frecuentes, una continua agitación del espíritu, hacen al niño casi indisciplinable. Se vuelve sordo a la voz que lo hacía dócil: es un león enfurecido, desconoce a su guía, ya no quiere ser gobernado."

Rousseau

P.D: probablemente la más profunda y tierna de las definiciones de toda una etapa. Pero yo aún me pregunto a mí y a aquellos que osan llevar por bandera el escepticismo sobre "la juventud" si realmente ese bramido mar ha dejado de pulir las rocas que conserva cada uno dentro dentro de sí, que yo sigo y quiero seguir puliendo dentro de mí...



(Y sin más uno de los tantos grupos que me acompañó durante esa etapa que me niego a dar por cerrada).

1 comentario:

  1. Fíjate, y yo que pensaba que Rousseau sólo se preocupó del contrato social, y resulta que tenía alma. Bienvenida al club de los que tienen un grupo, una canción, una nota de despedida o un beso por los que se niegan a cerrar nada (ni siquiera las piernas).

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